La presencia en un punto

Por Evangelina Ramallo

Hasta el 3 de junio permanecerá expuesta la muestra de fotografías denominada “ausencias”, de Gustavo Germano. En una serie de 30 imágenes el fotógrafo logró su cometido: hacer presente el pasado de los que ya no están.
La ausencia de sus nombres está marcada por un punto. Símbolo gráfico que señala el fin de una oración y el principio de otra. Punto que reemplaza la presencia en ausencia, la vida en desaparición, el fin en el principio de una lucha. Un punto que no es final, sino huella de una historia que siempre retorna.
El fotógrafo entrerriano Gustavo Germano (radicado en Barcelona, España) encontró la manera de marcar la presencia de las 30.000 víctimas de la última dictadura militar en una muestra de imágenes. “Ausencias” es la denominación que eligió para su trabajo. Mediante 14 casos de desaparecidos entrerrianos, recuperó la historia de aquellas personas que hoy no están.
Instantáneas de la vida cotidiana y de un pasado que no quiere ser olvidado, componen esta serie expuesta hasta el 3 de junio en el Museo Provincial de Bellas Artes, en Paraná. Junto a cada una de las fotografías de antaño (que datan desde 1966 hasta 1976), Germano retrató los escenarios y las personas que quedaron actualmente como únicos testigos de aquellos momentos felices.
Tal como relata el escritor y periodista Horacio Verbitsky en el prólogo de la muestra: “Más que los juicios penales, las investigaciones periodísticas o los ensayos filosóficos, el arte da cuenta del vacío lacerante que la ausencia inexplicable provoca”. Esto es lo que logró Germano.

Miradas de ayer y hoy

“Ausencias” fue realizado a partir de material fotográfico perteneciente a álbumes familiares de las víc-timas de la dictadura militar. El trabajo de investigación estuvo a cargo del Registro Único de la Verdad de Entre Ríos, de la Agrupación HIJOS Paraná y del autor. Las imágenes reunidas y seleccionadas son testimonio de 14 casos de desaparición forzada ocurridos en nuestra provincia.
En las fotografías antiguas se observan los rostros de los que estuvieron y luego la ausencia marcada por un punto en la actualidad. Hermanos, hijos, esposos, novios, nietos, padres, amigos, familias enteras que fue-ron destrozadas entre 1976 y 1983 reflejan el dolor, la injusticia y el pedido por un “Nunca Más”.
Orlando René Méndez (San Salvador, Entre Ríos) te-nía 29 años, Leticia Margatita Olivia (Plaza Huincul, Neuquén) 30 y su pequeña hija Laura apenas algunos meses cuando una cámara fotográfica disparó el flash que inmortalizó una imagen familiar. Pocos días después la dictadura militar borraría esas sonrisas. Orlando primero, Leticia después y Laura quedó como único testigo de aquella historia. Diez años después Laura Méndez posó para Gustavo Germano. Está en la misma habitación que muestra la imagen anterior. Su rostro expresa la triste-za que le provocaron las desapariciones. Su soledad en aquel cuarto marca la falta de dos presencias que nunca estarán del todo ausentes en su vida.
Cada caso representado mediante dos fotografías con 30 años de diferencia ponen en evidencia un vacío. Son imágenes que condensan sentimientos tan profundos como el desconcierto y el dolor ante la pérdida.
Las galerías del Museo de Bellas Artes albergarán hasta el 3 de junio estas instantáneas felices, previas al golpe militar: un campamento, una boda, un encuentro, un paseo, una sobremesa, una graduación. Junto a ello otra imagen que eriza la piel, tomada diez años después.
Germano fue capaz de generar un diálogo entre el pasado y el presente en aquellos espacios que hoy se muestran vacíos marcando la presencia de aquellos que ya no están.

El autor
Gustavo Germano es un fotógrafo entrerriano radicado en Barcelona, España. Indudablemente la historia de las desapariciones forzadas en nuestro país marcó su vida. Su hermano Eduardo Raúl (militante de Montoneros) está ausente en la fotografía que lo tiene al autor como uno de los protagonistas. Con 18 años de edad Eduardo fue detenido en Paraná, liberado y luego secuestrado en la provincia de Santa Fe. La instantánea que muestra a los cuatro hermanos Germano data de 1696, momentos antes de partir rumbo a Uruguay en familia. Diez años después, Eduardo continúa detenido-desaparecido y Gustavo lo recuerda.

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